por Miguel Ángel Chamorro de Vargas
Hoy que conmemoramos el día de nuestra patrona Santa Cecilia, vamos a dedicar este espacio a un fragmento de la “Oda a Santa Cecilia”, del compositor G.F. Haendel, estrenada el 22 de noviembre de 1739 en Londres.
Esta obra que, en mi opinión, es la mejor de cuantas se han compuesto en honor a Santa Cecilia, está basada en un poema de 1687, del poeta inglés John Dryden. El tema principal de dicho poema es la teoría HARMONIA MUNDI, según la cual, la música fue una de las fuerzas principales para la creación de la Tierra: “al principio era el caos y el desorden y a través de los sonidos todo se organizó…llegando la Armonía”.
El fragmento que he seleccionado es el aria titulada “ What passion cannot Music raise and quell?” donde Jubal, descendiente de Caín (Génesis 4:21) y patrón de los Arpistas y Flautistas, descubre sonidos dentro de una concha o caparazón.
El texto cantado dice lo siguiente:
¿Existe pasión que la música no provoque?
Cuando Jubal tocó dentro de su caparazón, sus hermanos que escuchaban, le rodearon y asombrados, cayeron de bruces para alabar aquel sonido celestial.
Creyeron que era un dios quien habitaba ahí, dentro de la cavidad de aquel caparazón,
que hablaba tan dulcemente y tan bien. ¿Existe pasión que la música no calme?
Mi versión favorita de esta aria, es la que os ofrezco a continuación. Está dirigida por uno de los pioneros en poner en valor el estudio y la interpretación rigurosa de la Música Antigua, el gran Clavecinista y Director de Orquesta, Trevor Pinnock, al frente de su orquesta “The English Concert”.
La voz es la de la soprano Felicity Lott, quien acompañada por un solo de violonchelo, nos transporta a un espacio de relajación y belleza durante algo más de 8 minutos.
Espero que os guste. ¡¡¡Felicidades a todos!!
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